En el acompañamiento a consultantes, con un formato que denomino Life coaching, un tema que suele aparecer con frecuencia es el inconveniente que solemos encontrar para abrazar con el corazón la Abundancia que existe en el Universo y está a la espera de nuestro encuentro.
Trabajamos con resultados asombrosos cambiando las creencias limitantes y realizando rituales de recuperación de las riquezas que están a la espera.
Da todo lo que tienes para dar, es la mejor manera de recibir.
Irene Scarlata
El sentido de carencia
Poseemos sentimientos internos y profundos de carencia que surgen desde los comienzos de nuestra cultura e impregnan nuestras células con tanta fuerza que parece imposible desprendernos de ellos.
Nacemos resignados al sacrificio y al esfuerzo para conseguir nuestros beneficios. La vida resulta un carro difícil de tirar si queremos conseguir logros más o menos aceptables y, ni pensar en algo más que conseguir lo mínimo indispensable para vivir.
Nacimos, y sin saber por qué, pecadores o perseguidos y son escasas las opciones que nos quedan partiendo de este comienzo tan demoledor. Desde bebés que asomamos a la vida, ya pocas ganas nos quedan de disfrutar sabiendo que nuestro destino es estar atado a un circuito de desgracia. Nacemos conectados con el sentido de carencia.
Estamos tan atados al circuito de desgracia que nos propone nuestra cultura que si nos va bien, el público opina que algo malo habremos hecho; si somos brillantes en la escuela, somos nerds o come libros; si queremos ganar dinero somos materialistas y si pensamos en tener éxito, entonces brilla nuestro egoísmo siniestro y, si los pobres serán Bienaventurados, porque de ellos es el reino de los cielos, ¡pocas ganas nos quedan de enriquecernos!
Cambiando creencias limitantes
Entonces, tenemos que cambiar aquellas creencias limitantes con que nuestra sagrada cultura nos bautizó desde pequeños.
Vamos a suponer que el Universo es abundante y que existe la suficiente riqueza para cubrir más allá de las necesidades básicas de cada individuo que ha tomado la decisión de encarnar en esta vida.
Vamos a creer que somos lo suficientemente amados para ser bendecidos con las riquezas que nuestra vida pueda darnos.
Vamos agregar la creencia que además todo lo que queremos lo lograremos con alegría, pasión y alto rendimiento sin esfuerzo.
Nuestra mente tiene la costumbre de asociar ideas, generando más problemas que soluciones. Vamos a desligar la responsabilidad del esfuerzo, la labor del trabajo y la pobreza de la bienaventuranza y entonces, es posible que vivamos una vida más relajada, placentera y abundante.
Para el cambio de creencias en general utilizamos los balances de Psych-K que son muy eficientes en este punto. Una vez que pudimos modificar nuestras creencias tenemos que cambiar entonces nuestra actitud, porque lamentablemente con sólo pensar diferente no se resuelven los conflictos. Lo que produce el cambio interno, donde dejamos de entender para comprender desde lo más interno de nuestro ser, es en el momento en que cambiamos nuestra actitud y entonces obtenemos resultados diferentes.
Para ayudarnos a cambiar nuestra actitud, les propongo un ritual que nos aporta resultados excelentes a todos aquellos que lo aplicamos.
Cajita de la Abundancia Man-ra
Hace años armé para mis alumnos de Reki esta cajita de la abundancia que paso a transmitirles con mucho amor a todos aquellos que quieran salirse del circuito de desgracia con el que fuimos programados desde el primer suspiro en esta vida.
La Caja de la Abundancia Man-Ra no nos programa una labor con el fin de recibir un premio económico, sino que tiene que ver con el trabajo continuo de reafirmarme la posibilidad de obtener todo aquello que necesito, basándome en el principio de Recibir y Dar.
Ahora viene el secreto mejor guardado por nuestros ancestros desde el comienzo de los siglos, presten atención: La palanca que mueve la rueda de la abundancia es el agradecimiento. Valorar lo que tenemos y permitirnos recibir más aún, es un verdadero aprendizaje.
A continuación les detallo como armar una Cajita Man-Ra.
Necesitamos una cajita mediana de madera o cartón. Colocamos dentro una piedra de amatista. Sobre la tapa pegamos un papelito con la frase:
Yo ahora me permito recibir toda la abundancia que el Universo tiene reservado para mi en todos los niveles.
Cotidianamente, durante 40 días cargaremos la red de la siguiente manera:
- Agregar una cantidad fija de dinero.
- Decir la frase del papelito 3 veces.
- Decir Man-Ra 3 veces.
- Aprovechar esta oportunidad para pensar en todos los beneficios que se nos ha otorgado en ese día.
Consideraciones
- Colocar la misma cantidad de dinero todos los días.
- La cantidad de dinero se estipula de antemano teniendo en cuenta las posibilidades y necesidades.
- No cortar los 40 días. En su defecto habrá que comenzar de nuevo.
- El total del dinero acumulado se donará a cualquier entidad o persona que consideres, una vez finalizado el plazo de 40 días.
Consejos generales
- Recordemos que la abundancia es todo aquello que necesitamos y puede estar a nuestra disposición. El concepto de Abundancia no se circunscribe sólo al dinero, sino que abarca todas las posibilidades en forma de Energías positivas que el Universo nos puede entregar, tanto, bienes materiales, como trabajo, salud, familia, amor, entendimiento, etc. Consideramos Abundancia, todo aquello que el Cosmos tiene reservado para nosotros, y tal vez, no nos permitimos recibir.
- Cuánto dinero estamos dispuestos a poner por día? Si pensamos con una mentalidad que indica carencia, recibiremos carencia. El dinero que estipulemos nos muestra nuestra capacidad de entrega y si nuestras creencias de abundancia se modificaron o seguimos atrapados en la cultura carente.
- No asignemos un beneficio específico a la Cajita de la Abundancia, porque así limitamos las posibilidades que hay para nosotros y dejémonos sorprender por las riquezas que nuestro Universo nos tiene reservados, es increíble créanme.
- Colocar una etiqueta con el día de inicio y cierre del trabajo. Tener un papel a mano, puede ser dentro de la misma cajita, para ir anotando los agradecimientos, de todos aquellos beneficios que vamos recibiendo día a día.
Ahora para finalizar, permítanme darles un par de consejos que han sido eficientes a la hora de acrecentar la abundancia.
Recuerdo una frase que me enseñaron de pequeña: “dar para recibir”, frase que en si misma habla más de dar por interés que por simple altruismo. El «Yo ahora me permito recibir toda la abundancia que el Universo tiene reservado para mi en todos los niveles» resultado de pensar que Doy por lo que recibí les puedo garantizar que cambia totalmente el sentido y el resultado.
Por eso además mantengo una costumbre enseñada por aquellas damas extrañas que me educaron. Siempre separo una parte de mi ganancia en agradecimiento a lo recibido por mi labor y lo dono. Cuando doy una donación no lo doy desde el ego, considerándome amorosa y altruista, sino que lo entrego en agradecimiento por lo que tengo. Si le doy una moneda a un ciego, agradezco con amor porque tengo vista, y puedo donar infinitas monedas porque tengo un techo, tengo trabajo, tengo familia que me ampara, tengo piernas para caminar y tengo mucho, mucho más…pensaste entonces cuantas monedas podes donar?
No escudes tu pobreza con el país, el gobierno de turno, la avaricia de tus padres, la falta de estudios ni con nada. Tu pobreza depende de tus creencias que hiciste propias y actuaste en consecuencia. De esta manera podemos salir de nuestra postura de víctima y hacernos cargo de nuestras actitudes y crear nuestras propias riquezas más allá del medio ambiente que nos rodea, confiando. La confianza en mí y en el Universo es imperativa.
Y por último, cuando le pongas valor a tu labor no lo midas por lo que el medio está estipulando. Medí tu valor por lo que vos mismo consideras adecuado y te vas a sentir muy cómodo trabajando. Si el valor de mercado es más alto que el que vos consideras vas a trabajar inconscientemente mucho más que lo necesario para compensar. Si el mercado está más bajo de lo que consideras, vas a trabajar poco y a desgano porque no sentís retribuido tu esfuerzo. ¡Ponte tu propio valor!
Me despido en esta oportunidad con afecto y profundo agradecimiento.